El gobernador del archipiélago, Josh Green, ya advirtió varias veces que el balance final del incendio que arrasó la semana pasada la ciudad de Lahaina --el más mortífero de Estados Unidos en más de un siglo-- podría incluso "duplicarse".
Las autoridades del condado de Maui informaron el martes por la noche de 106 víctimas mortales.
Entre los fallecidos figuran dos mexicanos, según la cancillería del país latinoamericano, que no dio detalles sobre las circunstancias de la muerte.
Hasta la fecha, sólo un cuarto de la zona siniestrada en Lahaina, en el litoral oeste de la isla de Maui, ha sido rastreada por perros entrenados en tareas de búsqueda de cuerpos, según Green.
Unos contenedores refrigerados fueron instalados en la isla, a modo de morgue provisional, además de personal del ministerio de Salud, para agilizar el complicado proceso de identificación de las víctimas, constató un periodista de la AFP.
Green hizo hincapié en que las autoridades harán todo lo posible para evitar que promotores inmobiliarios se aprovechen de la situación para comprar terrenos.
"Nuestro objetivo es tener un compromiso local --para siempre-- con este comunidad, mientras reconstruimos", dijo.
"Nos aseguraremos que hacemos todo lo que podamos para evitar que la tierra caiga en manos de personas de fuera", añadió.
El proceso para identificar a las víctimas avanza lentamente. Las autoridades habían recogido muestras de ADN de 41 personas con familiares desaparecidos en la tragedia.nSólo cinco de los fallecidos habían sido identificados.
Funcionarios del condado de Maui difundieron dos de sus nombres después de haber notificado su muerte a los allegados.
Cientos de personas siguen dadas por desaparecidas, aunque este número se va reduciendo a medida que las comunicaciones se restablecen en la isla.
En Lahaina, que tenía 12.000 habitantes antes de la tragedia, más de 2.000 edificios quedaron destruidos y muchas viviendas arrasadas.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo el martes que viajaría a Hawái junto a su esposa Jill "tan pronto como podamos", aunque señaló que no quería "interponerse" en las labores de rescate.
El mandatario firmó rápidamente la declaración de catástrofe natural para poder financiar los equipos de emergencia y la reconstrucción.
La gestión de la crisis ha sido duramente criticada y muchos habitantes han dicho sentirse abandonados por las autoridades.
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