Vivamos la Semana Santa y resucitemos con Cristo Salvador

La Semana Santa es un tiempo de reflexión y espiritualidad, recordando los momentos de dolor y sufrimientos de Jesucristo, pero también de su resurrección, motivándonos a seguir sus pasos para el camino hacia la santidad.

En muchas partes del mundo se celebran estos días santos de diferentes maneras, pero la pregunta de muchas personas: ¿cómo vivir realmente la Semana Santa?, pues esas respuestas nos la dan diferentes sacerdotes de nuestro estado Trujillo quienes desde su vocación y trabajo parroquial tienen la experiencia para responderlas.

Siendo la semana Santa un momento de reflexión y piedad, ¿qué debemos hacer para celebrarla de verdad?

“Ante todo para vivir como se debe está semana hay que revalorar nuestro sentido de seguidor del Señor, es decir, de nuestro compromiso de fe y testimonio real. Muchos solo practican algo de esta semana solo por tradición, más no como un sincero compromiso de su fe porque a su vida diaria le dice poco. Por ello, debemos vivir cada Semana Santa como una oportunidad de revitalizar la propia vida de seguimiento del Señor”, asegura el sacerdote Gregorio Antonio Pérez Carrillo de la parroquia Santa Ana, municipio Pampán.

Para el sacerdote Gerardo Moreno de la Parroquia Espíritu Santo de la urbanización Libertador de Valera, estos días Santos se deben vivir con tres actitudes: devoción, respeto y conversión.
“Devoción: Es un tiempo para el recogimiento espiritual y volver a Dios, dedicarle éste semana y participar con fe en los distintos actos de piedad (misas, procesiones, meditaciones, visitas al Santísimo Sacramento, Viacrucis…).

La devoción y piedad son una demostración de la vida cristiana que se fortalece con los signos litúrgicos de la Semana Santa.

Respeto: Es importante demostrar con gestos que la Semana Santa es importante para todos los cristianos (católicos y protestantes), y para ello es fundamental guardar el respeto y la sacralidad de estos días. Evitar cualquier actividad que contradiga la espiritualidad (evitar fiestas, consumo de alcohol, distracciones, discusiones, violencia, desenfreno…), es volver a una espiritualidad familiar, compartir en familia los valores de nuestra fe y respetar lo que ello significan para todos.

Conversión: La Semana Santa es el paso definitivo hacia la renovación espiritual de actitudes, es cambiar de vida y reconocer que Cristo transformó el mundo y lo salvó para que cada persona también tomara parte de su redención. Estos días no es solo misas y procesiones, es el comienzo de una pascua de conversión delante de Dios”.

Actualmente se ven muchas atrocidades en el mundo, ¿cree usted que es por vacío espiritual?

“Ciertamente hemos dejado de vivir estas experiencias de fe, que han ido llevando a muchos a un vacío totalmente espiritual que está repercutiendo en las atrocidades que hoy vivimos. Nos hemos apartado plenamente de Dios amor y nos hemos entregado a una vida de desórdenes que nos traen es tragedia y muerte.
Debemos retomar nuestras raíces de fe y testimonio. Amor y seguimiento real del Señor que nos muestra siempre cuánto nos ama y espera”, expresa el presbítero Pérez Carrillo.

De igual manera, el padre Moreno expresa qué “al parecer luego de las escenas terribles de la pandemia, no fuimos capaces de reflexionar, de aprender sobre el valor de la humanidad y su fragilidad. No solamente en Semana Santa debemos hacer éstas necesarias reflexiones, debe ser una constante, que el ser humano se vuelque sobre si y profundice sobre su papel en la construcción de un mundo mejor, distinto, donde respetemos lo que el Papá Francisco llama, " La casa común" es decir el mundo.
Nuestros espacios y realidades que se interconectan para la dignificación del ser humano e incluso de la naturaleza y sus creaturas. Por ejemplo Ucrania queda muy lejos de Venezuela, y muchos podrán decir; esa guerra no me afecta a mi, pero sin embargo si te afecta porque si no eres consciente del valor de la vida, no te importará entonces el sufrimiento de allá y ni el de acá. Cuantas esperanzas y sueños acabados, familias destrozadas, desde luego todo lo que vive el mundo nos afecta”.

Por su parte, el padre Urbina nos dice que “nos corresponde a nosotros velar por nuestra espiritualidad, dedicarnos tiempo a nosotros mismos, que no solo somos un ser racional, emocional o psicológico, sino tenemos un ser espiritual y es necesario alimentarlo y fortalecerlo, teniendo como oportunidad estos días donde Dios nos anima, nos llena de amor”

Una reflexión o llamado a la colectividad trujillana para esta Semana Mayor

Aprovechemos este tiempo de reflexión y meditación para fortalecer nuestra fe, de igual manera orar por los enfermos y privados de libertad, procurar hacer obras de caridad y animar a otros al encuentro con Jesucristo, en especial a niños y jóvenes para que vayan creciendo en su formación espiritual”, Pbro. Endrid Urbina.

“Que la vivencia espiritual de éstos días nos motiven a dar lo mejor de nosotros y así mejorar las condiciones de todos los hijos de ésta tierra trujillana. Somos un pueblo creyente, respetuoso de los valores cristianos; eso es una gran fortaleza que nos puede ayudar a cambiar el destino y la historia de nuestro estado”, Pbro. Gerardo Moreno.

“Vamos a valorar con una mejor actitud esto que cada año rememoramos, es decir, revivimos, la entrega total de un Dios tan cercano que cómo dice San Pablo " se anonadó así mismo, tomando la condición de esclavo". Dios se hizo creatura siendo creador y solo por amor se expresa de manera extrema en su entrega total hasta la muerte por querer salvar una humanidad. Eso es LOCURA DE AMOR, incomprensible por la mayoría. Pero aún así lo sigue haciendo. En fin es mi testimonio de vida y en familia, que hará ver qué esto que mi Señor ha hecho y renueva cada semana santa, tiene sentido”, Pbro. Gregorio Pérez.

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