La Liga Santander 2022-2023 ya tiene dueño. Era cuestión de tiempo que el Barcelona recuperara el título liguero, tras cuatro años sin ganarlo, y lo hizo en el primer match ball que tuvo.
En el derbi frente al Espanyol, los culés no tuvieron compasión de su rival y arrasaron para cantar el alirón, en el que fue probablemente el partido más plácido de la temporada. Se impusieron por 2-4, dejando en una situación drástica a los pericos, que se acercan peligrosamente Segunda División.
Le urgía a Xavi dejar resuelto el campeonato cuanto antes. Tras varias semanas echando cuentas sobre cuándo podrían ser campeones de Liga, llegaba la primera oportunidad. Pese a la derrota del Atlético, la victoria del Real Madrid les obligaba a sumar los tres puntos para hacer que los de Ancelotti no tuvieran opciones matemáticas de alcanzarles en la tabla.
Llegaban a Cornellá, donde se esperaba a un rival con hambre, debido a la delicada situación que atraviesan. Por ello, el técnico puso su equipo de gala, donde llamaba la atención la presencia de Raphinha y no la de Dembélé. Pero lo que se encontraron los barcelonistas fue algo muy distinto a lo esperado. El Espanyol puso una alfombra y dejó que el Barça saliera a pasearse y divertirse sobre el césped.
Apenas 11 minutos tardaron los culés en adelantarse. Lo que tardó Balde en hacer un ocho a Óscar Gil en el área, apurar línea de fondo y poner un balón tenso a Lewandowski. Al polaco le bastó con poner la rodilla para batir a Pacheco y hacer el primero.
Los dos serían los grandes protagonistas de una primera mitad en la que el Barça dominó a placer. Y es que 10 minutos después aparecía de nuevo Balde para ganarle en carrera la espalda a Gil y rematar al segundo palo un centro desde la izquierda, poniendo el segundo. Un gol que terminaba de hundir al Espanyol. Quedaba más, puesto que Lewandowski sentenciaba en el 40′ aprovechando el pase de la muerte de un Raphinha que se encontró con una autopista en su banda.
Pudo el equipo de Luis García hacer que la segunda parte tuviese algo de emoción, pero Braithwaite se durmió en el área al borde del descanso y permitió que Ter Stegen le achicase el espacio, metiendo además una buena mano para sacar el disparo. Fue la primera aproximación destacable, tras una en el primer minuto de Joselu que invalidada por fuera de juego.
Lejos de reaccionar unos y levantar el pie del acelerador los otros, la segunda mitad comenzó con gol. En el 53′ aparecía Koundé para volver a poner en evidencia a la defensa espanyolista. Aparecía en el pico del área, marcado por Puado, y remataba de cabeza en la zona de castigo un centro preciso de De Jong ante el que nada pudo hacer Pacheco.
Se vaciaba Cornellá ante una goleada más que dolorosa, ya no por producirse ante el histórico rival del Espanyol, sino por la pasividad mostrada por el equipo. Mejoraron con el paso de los minutos y Puado rozó el gol en un dos contra uno en el que optó por jugársela en lugar de asistir a Joselu, que estaba solo.
Se desquitaría en el 73, cuando Joselu –pensándose en fuera de juego– dejaba pasar el balón y Puado se plantaba muy solo ante Ter Stegen, al que optó por tirarle una vaselina perfecta. Con el Barça ya de paseo triunfal por Cornellá, tuvo el 2-4 Joselu, pero de nuevo aparecía el meta alemán para negar el gol.
Retomó el control el Barcelona en los minutos finales, después de un momento en el que el partido parecía roto por completo y en el que el gol pudo llegar para cualquiera. Maquilló el marcador Joselu en la última jugada, aprovechando un rechace del poste, en el partido que alzó al Barça con su vigesimoséptimo título de Liga, el primero desde 2019 y de la era post-Messi.
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