DERECHO AL JUEGO

A propósito de la celebración el pasado 28 de mayo, del Día internacional del juego, vale rememorar que el juego se reconoce como un derecho fundamental de la infancia, así el artículo 31 de la Convención sobre los Derechos del Niño de las Naciones Unidas, destaca que los niños tienen derecho al descanso, al esparcimiento, a los juegos y actividades recreativas acordes a su edad, así como participar libre y activamente en la vida cultural y en las artes. Sin embargo, esa alegría de compartir jugando con la niñez, se ha perdido en un mundo tan informático y robotizado, donde lo virtual sin duda ha relegado los juegos lúdicos, para un verdadero esparcimiento o recreación en familia.

Leyendo un humorista mexicano, hace pocos días refería que: “vivimos en una época en que nuestra tecnología ha sentenciado al niño a la no participación, lo ha alienado desde que se asoma inocente a unas pantallas multicolores que lo manipulan, instrumentos por los que ha abandonado la búsqueda de actividades lúdicas que construyen, con la imaginación y la acción, un carácter creativo.” Este mismo sentir, nos ha hecho deliberar que los cuidadores y progenitores de la infancia actual, estamos más comprometidos con nuestras exigencias y responsabilidades, que participar en una verdadera crianza forjada de valores, incorporando el juego en la formación de los más pequeños.

En Nuestra legislación especial en materia de la infancia y la adolescencia (LOPNNA), instituye en los artículos 63 y 64 el derecho al descanso, recreación, esparcimiento, deporte y juego, estableciendo que el Estado con la activa participación de la sociedad, debe garantizar programas al efecto, fomentando los juguetes y juegos tradicionales vinculados con la cultura nacional, así como otros que sean creativos o pedagógicos.

Es indudable la multiplicidad de beneficios, que genera cuando los progenitores o cuidadores juegan con sus hijos e hijas, pues en principio, promueve la proximidad entre los infantes con sus guardadores, refuerza los vínculos, fortifica los lazos en el hogar, tienen menos probabilidades de padecer de ansiedad, depresión, agresividad y problemas de sueño, robustece el aprendizaje y la construcción de prácticas ciudadanas, adquiriendo diversas habilidades, entre otros.

En este sentido, la Unicef ha desarrollado programas de difusión para docentes, educadores y al sistema educativo en general, donde ha incluido vigorizar la enseñanza a través del juego en los programas de educación en la primera infancia, estableciendo que uno de los grandes retos de la planificación educativa es el de incorporar en todos los niveles educativos, elementos distintivos del juego, con una programación de calidad para los infantes.

Es oportuno también mencionar, que diversas organizaciones dedicadas a la protección de la infancia, en el contexto de una crisis humanitaria, han desplegado un conjunto de iniciativas humanitarias, fomentado las actividades lúdicas en las referidas crisis, llámese desastres naturales y/o las emergencias de salud pública, pues las oportunidades de juego en los pasajes de emergencia, no solo mantienen a salvo a los niños, sino que también les proporcionan consuelo y les ayudan a volver y reconocerse.

Es tan importante el juego, que quien no recuerda la película “La vida es bella”, donde el progenitor recreaba un juego para resguardar a su pequeño hijo tanto física, psíquica como mentalmente, de aquella situación de terror que al momento se desarrollaba, mostraba, como la imaginación, la ilusión y el buen humor, los hizo sobrellevar los infortunios, ejemplo gratificante para en estos días tan corridos y movidos, donde el juego pudiera formar parte en el aprendizaje y crecimiento.

Por ello, esta reflexión, para que nos unamos como sociedad defensora y garante de los derechos de la niñez y la adolescencia en pensar, e incorporar esfuerzos más coordinados para equiparar la disponibilidad de juego de los niños, niñas y adolescentes, robustecer la conciencia de la importancia del juego por parte de los cuidadores, y reforzar en el sistema educativo la capacidad de gestionar adaptaciones curriculares para que un gran número de alumnos aprendan jugando.

Para ultimar, un llamado a la familia, que participen activamente en la configuración del desarrollo de sus hijos e hijas a través del juego; rescatando la presencialidad sobre lo tecnológico, y se ponga de manifiesto que en la vida de cualquier persona sin importar la edad, el juego regala miles de beneficios, ayuda a un proceso más equilibrado y fortalece nuestros hogares.

MCANTOR.VENATT@GMAIL.COM