¿Qué espera un Ciudadano de la Democracia?

J. J. Rousseau y La Libertad

En principio, filósofos como Sócrates, su discípulo Platón y a su vez el discípulo de éste, Aristóteles, a quien considero el más importante en lo que concierne a este artículo, dedicaron mucho tiempo y pensamiento para dejarnos el legado de lo que hoy significa la Democracia. Los tres pertenecen al llamado Pensamiento Occidental, y por lo tanto, están ligados indisolublemente al pensamiento griego, cuna de esta filosofía.

Este término viene de la palabra griega Demokratia, lo que a su vez, es el resultado de la composición de dos palabras que al unirse generan su sentido semántico, me refiero a, por un lado, Demos que significa Pueblo, y por el otro, Kratos que significa Poder. Entonces, democracia en su forma más genuina significa Poder del Pueblo: es aquel sistema de gobierno donde el pueblo es quien manda. Aquí no hay complicación, pues todos saben que la democracia por esencia tiene que ser un régimen donde el pueblo es el que ejerce el poder. Ahora bien, el pueblo es la base de todos los gobiernos democráticos, pero a mi modo de entender, es el más olvidado por los gobernantes, diría yo, las victimas del mismo sistema. Y la verdad es más fácil entender la palabra democracia en su conjunto, que la palabra demos por separado.

Mayoría y Minoría.

Hoy día, dentro del juego democrático, el plethos sería la sumatoria electoral de la mayoría manifestada en su ejercicio del voto, más las minorías que votan pero no obtienen la victoria. Es decir, la representación de la genuina voluntad de general (Al estilo roussoniano), pues para J. J. Rousseau la voluntad de todos solo se refería a la mayoría, al hoi polloi griego, que son quienes se imponían sobre la minoría en la democracia. Por lo tanto, esta acepción basada en la idea de los todos no es la que interesa, más que para fines aclaratorios del propósito de este capítulo. Entonces, el plethos es el término que mejor encaja en la definición del sentido usual de la palabra demos, es decir, desde ahora en este manual el Demos se entenderá como el cuerpo de ciudadanos en su totalidad, no como los todos, sino como la sumatoria de tanto las mayorías como las minorías electorales. Si se quiere, como la voluntad general roussoniana.

Con el tiempo, distintos pensadores han tratado de darle cuerpo teórico a esta palabra de cinco letras, pero con infinidad de significados. Los romanos le dieron su sentido propiamente latino: POPULUS, que desde la concepción aristotélica se refería también a los pobres; sí, para ellos el demos se refería a los pobres (Ídem p.16). Con el paso de los siglos, el sentido usual del término democracia evolucionó, entre otras cosas, porque desde su principio griego su estudio formaba parte de la gran pregunta que todos los filósofos y demás estudiosos de la política hoy nos hacemos: ¿Cuál es la forma de gobierno que más felicidad da a sus conciudadanos? Su respuesta, es la constante energía que ha movido el desarrollo teórico investigativo de la democracia.

La Soberanía.

La cuestión es que por lo menos hasta comienzos del siglo XX, los estudios sobre la democracia como forma de gobierno se orientaban a construcciones teóricas que agotaban la discusión fuera de un panorama empírico. Quiero decir, una producción más racionalista y filosófica que daba cuenta del fortalecimiento de la relación entre justicia, virtud, libertad, bien común, equidad, estado de derecho, el imperio de la ley y el constitucionalismo, entre otros. Estos fenómenos acapararon la atención de la mayoría de los filósofos y estudiosos sociales. Por ejemplo, entre 1600 y 1800 hubo juristas, economistas y filósofos que dedicaron sus estudios y sus libros para defender un principio fundamental, que sin él, la democracia hoy carecería de sentido práctico: La Soberanía.

¿Qué tuvieron en común Jacques Bossuet, Jean Bodin, Thomas Hobbes y J. J. Rousseau?, por nombrar sólo cuatro importantes. Se dedicaron al estudio de la soberanía, concepto fundamental para el verdadero ejercicio de la democracia, que a diferencia de los griegos no se centraron en el cuál, sino en el quién y cómo. El concepto de demos estaba muy claro, su preocupación se centró en el ¿Quién y cómo se ejercía el poder?, amén que no abogaban por la Democracia, sino por la Monarquía, tuvieron en común aclarar quién ejercía el poder, vale decir: ¿Quién detentaba el poder? y ¿Cómo lo ejercía?

Al detentor de este poder se le llamó soberano, y su ejercicio se llamó soberanía. Mientras, para el primero Jacques Bossuet, la soberanía era detentada por el mismo rey, a razón de una justificación divina, la cual planteó que nacía en Dios y este se la otorgaba al rey en la vida terrenal, para que, en su nombre la ejerciera. Para el segundo, Jean Bodin también existía una ley divina, y solo ella daba poder absoluto al soberano (rey), para que este con ese poder absoluto creara leyes escritas. A diferencia del anterior, este pensador desarrolló su concepto de soberanía como instrumento natural para la creación de leyes escritas. Pero, fue el tercero, Tomas Hobbes, quien desmoronó la tesis divina de la soberanía. Para él la soberanía nacía en el pueblo (aunque ese pueblo luego la transfería de forma absoluta al rey) y así descansaba en el monarca de forma perpetua o tradicional.

Lo importante de este resumen histórico, es mencionar que estos pensadores de la política iniciaron un debate, que según. Jean-Jacques Chevallier (1970) historiador francés del siglo pasado, les ubicó como filósofos al servicio del absolutismo, y la forma de enfocar el ejercicio, o mejor dicho, el uso del poder vulneraba y contradecía los principios democráticos iniciados por los griegos muchos siglos antes. No obstante, este debate trajo como consecuencia que después otro grupo declarado en contra del absolutismo, cambiara de un giro la tesis absolutista y monárquica de la soberanía, para proponer la tesis popular (Plethos) de aquella, es decir, que la soberanía nace en el pueblo visto como el cuerpo de ciudadanos absolutos y es este el único detentor de ella, no se transfería sino se delegaba.

LUISCORONADOP@GMAIL.COM