El gobierno de Colombia y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) firmaron este sábado el primer acuerdo de la agenda de negociación de paz, para la participación de la sociedad civil en el proceso, el mayor avance hasta ahora en los diálogos que completan 18 meses de altibajos.
“Sabemos que la paz no se construye con olvido e impunidad, y que la voz de las víctimas es fundamental en este proceso y la legitimidad de los acuerdos”, dijeron delegados del gobierno colombiano y del ELN en un comunicado conjunto, en referencia al punto acordado sobre la participación social.
“Nos comprometemos a preparar y llevar a cabo un encuentro donde las víctimas del conflicto armado, de la violencia sociopolítica y estructural, de los territorios y poblaciones, presenten propuestas” para enriquecer el proceso de paz, añadió la comunicación, en la que se informó de una reunión el viernes con organizaciones de víctimas.
Pablo Beltrán, jefe de la delegación guerrillera, dijo durante el anuncio que el punto uno “busca que haya una gran alianza social y política, que vamos hacia un gran acuerdo nacional”.
La firma del primer punto de seis es el principal avance en la ronda total de negociaciones, que se reanudó a principios de abril en Venezuela y ha pasado por momentos de alta fragilidad.
En mayo de 2023, la dirigencia de esta guerrilla, de inspiración cubana y la más antigua de América Latina, puso “en pausa” la mesa de diálogos tras acusar a Bogotá de implementar un proceso paralelo con un frente que no responde a órdenes del denominado Comando Central del ELN en el departamento de Nariño (suroeste).
A mediados de abril, las partes reanudaron el proceso tras una “reunión extraordinaria” en Caracas.
Sin embargo, el 6 de mayo, el ELN anunció que retomará los secuestros, alegando que el gobierno del izquierdista de Gustavo Petro incumplió su compromiso de entregarle donaciones de la comunidad internacional.
Pese al avance de este sábado, la reanudación de los secuestros sigue siendo un punto crítico para un proceso de paz entre ambos bandos, que dialogan desde finales de 2022 en Caracas, Ciudad de México y La Habana, como sedes rotativas.
Las partes mantienen el cese al fuego bilateral reanudado en febrero en La Habana y vigente desde agosto de 2023.
Este proceso de negociaciones ha pasado por varias turbulencias como los “paros armados” en los que los rebeldes ordenan a miles de personas a encerrarse en sus casas, o el secuestro del padre del futbolista del Liverpool Luis Díaz, así como enfrentamientos entre distintos grupos irregulares.
El gobierno de Petro apuesta por una salida dialogada a seis décadas de conflicto armado y violencia, luego del histórico acuerdo de paz de 2016 que desarmó el grueso de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
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